viernes, 29 de octubre de 2010

Lo que no entienden los pitucos.

En momentos de profundo dolor, de una infinita tristeza; los pitucos siguen mirando el país por el agujero de su culo.
Quizás, por eso les cueste tanto ver claramente, ver más allá de sus preconceptos y descubrir una realidad que se están perdiendo.

Estos profetas del odio, no consiguen adaptar su visión a la realidad y, entonces, tratan de obligar a la realidad a adaptarse a su visión.

Hay una multitud esperando. Sabiendo que deberán esperar horas para tener sólo un momento para dar su último adiós. Y el comentario de los canallas es: que tienen un amigo no kirchnerista que “estaba pensado en ir”.

Ven a miles en la plaza, y el análisis de los empleados del mes es que la plaza se llenó de militancia. Esa militancia que desprecian, que no entienden, que les repugna y que acompañaban el dolor de los trabajadores, de los abuelos, de las abuelas, de las familias y del resto de los autoconvocados que sus anteojeras ideológicas no les dejaron ver.

Escuchan las frases de aliento, de dolor, de esperanza. Escuchan los gritos de miles presenciales y millones que nos acercamos virtualmente que decimos ¡Gracias Néstor! ¡Fuerza Cristina! Y su lectura ruin, es que vemos debilidad en el gobierno.

No logran entender que estamos tomando posición, que estamos plantando bandera para que los lobos sedientos de sangre, para que los ventajistas, los lameculos, los pusilánimes y cobardes que se sienten fuertes ante el débil no confundan dolor con fragilidad.

Levantan el fantasma de Isabel, se quejan del tránsito, incluso lloran por las escrituras en las paredes del Cabildo –como si fueran más importantes los objetos, que la función que cumplen y a quienes sirven-. Incluso un imbécil –no hay otro adjetivo- calificó a esa multitud de argentinos dolientes como la tribu que Kirchner nos legó. Tan parecida su intencionalidad al aluvión zoológico, que uno se pregunta si este individuo –tan tilingo y pituco- conocerá algo fuera de su frasco de mayonesa.

Sale el cortejo hacia Aeroparque y la gente se agrupa alrededor de los coches, se dificulta el avance, se hace imposible respetar el horario programado. Y, otra vez, corren el cristal para no ver y dónde hubo un enorme gesto de amor, de dolor, de duelo, de adiós sentido, de querer retener lo más posible el momento para no dejar marchar al hombre que mejor sintetizó las necesidades e ilusiones de la mayoría de los argentinos, la lacra mediática ve desorganización y ruptura de protocolo.

Minimizan este acto popular, diciendo que la muerte suaviza los errores cometidos, que la gente ha decidido ver sólo lo bueno en esta despedida. Una vez más, nosotros, el pueblo, somos los idiotas engañados; en este caso por la muerte. Somos incapaces de ver “lo que nos conviene”, no tenemos “visión crítica” cuando no le hacemos el juego a los contras. No entienden, no logran entenderlo.

Por último están los pocos –sí, yo creo que son pocos- que festejaron su muerte. De éstos no puede esperarse nada. Son la escoria del país. Escoria entendida como el sobrante inútil de un hierro caliente que se forja. Eso es la Argentina, un hierro caliente que va tomando forma; y ellos, el medio pelo del país, los que piensan que lo popular es populista, los que siempre están contra lo nacional y popular, los que sistemáticamente defienden los intereses del capital oligarca, aún en contra de los intereses de la mayoría del país y de los suyos propios.
Son los desechos inevitables del trabajo que se está realizando.

Nobleza obliga, algunos comunicadores comienzan a darse cuenta, hoy escuchaba a alguien decir que: “Si bien teníamos bien claro la cantidad de gente a la que no les gustaba Kirchner (paciencia, los vicios tardan en desaparecer), no sabíamos la cantidad de personas que lo querían”.

Debemos dejar clara nuestra posición, tomar partido. Explicarles a los que todavía no entienden que fue lo que pasó en estos días, cuál es el significado real de este gesto de afecto de ésta frase.

¡GRACIAS NESTOR, FUERZA CRISTINA!

¿Quieren saber qué es lo que significa este grito?

Que estamos con la soberanía nacional, política y económica. Que vamos hacia un país en el que no nos lleven de la nariz, ni los poderes extranjeros, ni los poderes económicos reaccionarios. Que estamos con la Argentina Latinoamericana, que siga hermanando a los países de la región a través –sobretodo- de UNASUR; estamos con la Argentina profunda, que entiende que el país no se termina en la General Paz; que estamos con la diversidad y la pluralidad; que estamos con los trabajadores como motor principal del país; que estamos con la Argentina en donde las Instituciones estén subordinadas a la Democracia y no al revés. Dónde los objetos sirvan al hombre y no lo contrario.
Que estamos con la Argentina Nacional y Popular. Que estamos dolidos, no debilitados. Que nos abandonó la punta de lanza, pero el mástil no se dobla ni se parte.

QUE SOMOS MILLONES, QUE NO NOS DETENDRAN.

QUE EL CAMBIO RECIEN COMIENZA.

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